Hans Spemmann (1938) trabajando con salamandras desarrolló una técnica llamada Transferencia
Nuclear. Ésta técnica consiste en el uso de una “aguja” hueca de 1 diezmilésima de
pulgada con la que se retira el núcleo haploide (es decir, con un set de
cromosomas) de un óvulo (enucleación) causando una primera herida, después se
selecciona una célula somática diferenciada, se toma su núcleo diploide (esto
es, con dos sets de cromosomas) y se inserta en el óvulo enucleado causando una
segunda herida.
Como
el óvulo ya no tiene su propio material genético y realmente tampoco recibió un
espermatozoide haploide, hay que “informarle” que fue fecundado y ahora es un
cigoto que debe empezar a dividirse. La activación del embrión clonado se logra
con un tratamiento químico (ionomicina) y una corriente eléctrica suave
de algunos milivolts (mV) parecida al cambio de potencial de membrana que de
hecho ocurre en el óvulo después de la fecundación y que evita que otros
espermatozoides entren. Finalmente, el “embrión” se implanta en el útero
hormonalmente sincronizado de una hembra de la especie a clonar para su
gestación y parto.
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